Preguntas sin respuesta, especulaciones mil.

heller-mudoAl final del partido del sábado en Santa Laura, los pacientes reporteros y reporteras ubicados a la salida del vestuario azul, consiguieron un par de frases del presidente Carlos Heller, algo reacio a comunicarse con los medios últimamente. Razones tendrá y está en su derecho, pese a que los millones que nos interesamos por el presente y, sobre todo, por el futuro de la “U” quisiéramos tener las cosas más claras de lo que parecen. Por ejemplo, y en una cosa de suma importancia, con el futuro de la banca técnica del primer equipo. Y a eso he dedicado esta columna.

“Hay tiempo para eso y no lo decidiremos hasta que esto termine…”, fue, palabras más o menos, lo que dijo el presidente ante la consulta acerca de la continuidad del cuerpo técnico. ¿Qué tendría esto de malo?, casi nada si no supiéramos que en todos los tonos y frente a todos los medios se dijo tras la salida del anterior DT que se buscaría “un interinato hasta fin de año”, pese a que al momento de la firma y presentación de la dupla técnica actual se deslizara la idea que habría un pre-acuerdo de continuidad “en caso de que la “U” clasifique a un torneo internacional para el próximo año”.

Lo que uno debe preguntarse es, y conocida la situación de que un 50% de los equipos del torneo obtendrá uno de tales cupos, ¿basta para la dirigencia azul quedar entre los 8 clasificados (aún siendo el 8º de ellos) para considerarlo un mérito suficiente para dirigir al equipo más grande de Chile?. ¿Cuál es la gran diferencia entre terminar 8º con hacerlo 9º, 10º o 11º, en un torneo en el que probablemente el orden de clasificación apenas lo determinará la diferencia de goles?

Pero lo que resulta más intrigante todavía es que tras la reunión de directorio de la semana pasada haya circulado el trascendido proveniente de “fuentes al interior del directorio” (a estas alturas, ¿todavía este ente colegiado no descubre cuál de sus integrantes es que filtra informaciones a dos medios escritos en particular?…) de que se habría ‘visado’ el retorno de los jugadores que hoy por hoy juegan en calidad de préstamo por segundo torneo consecutivo, Rodrigo Echeverría (Everton) y Leandro Benegas (Palestino). Está bien, nadie puede discutir el derecho que podrían tener los directivos de tomar una decisión como esa pero, ¿quién expresamente los pidió? ¿Son los integrantes del directorio los más indicados para definir cómo se estructurará el plantel para 2017 si no han confirmado todavía quién será el o los técnicos? Se sabe que hay un gerente deportivo que pudiera ser quien planteó este tipo de materias al interior de la regencia pero, ¿sin un técnico confirmado? Este tipo de cuestiones, por citar un par solamente, requieren que haya una voz autorizada que las transparente. Y si don Carlos Heller no quiere hablar, que nombre a un vocero. Alguien que represente la voz de la mesa de manera oficial y formal y que de paso bloquee las filtraciones que luego traen implícita la odiosa necesidad de tener que salir a desmentir, o que el presidente tenga que responder con un poco creíble “no leo la prensa”. La especie sobre lo de R. Echeverría y L. Benegas por ejemplo, es cierto que no ha sido ratificada por alguien del directorio. Pero tampoco ha sido desmentida. Si se ratificara, ¿está la “U” para ‘sacrificar’ un cupo de extranjero en su plantilla con un jugador como L. Benegas que no por casualidad sino porque, en una decisión estrictamente derivada de su bajísimo nivel, no tenía cabida en el equipo y por ello fue enviado dos veces consecutivas a préstamo?

Lo que hace falta es mayor claridad. Está bien, son los regentes actuales y propietarios de las acciones que actualmente les permiten dirigir los destinos de la “U”. Pero basta de mirarse el ombligo cada uno de ellos mismos. O si no, que no hagan llamados “a la gente de la “U” a llenar los estadios y a seguir acompañando al equipo.” A la gente se le debe y se le puede convocar y eso está muy bien. Pero a cambio de ese tremendo respaldo (no se equivoquen, es al equipo no a la dirigencia) y al extraordinario comportamiento de los fanáticos azules (mucho más allá de la buena conducta y del correcto trabajo coordinado), cumplan con la gente diciéndole lo que pide y merece saber.

O se exponen a que se sigan llenando páginas con “lo que pasa al interior del directorio” o aquello que “como lo reveló un integrante del plantel”. Eso sólo contribuye a sembrar dudas, interrogantes y ‘caras largas’. Porque eso no hace ‘club’. Lo destruye. Y hay muchos que, cuales buitres, desde sus plataformas y propósitos personales – porque son contrarios a la “U” – están interesados en ello y que son alimentados por esta carroña, generada por el ocultismo del propio ente afectado.

Para mayor claridad, nada mejor que la transparencia. Parece una redundancia, pero no lo es.

 

Por Jaime Aguirre Dueñas / @jaimeagUirred. Director de @Cienx100Azules

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