Mucho más que una simple magia. Fantasía.

Un duro encuentro fue el que le tocó vivir a la “U” y, en cierta forma, ‘sufrir’ para terminar riendo, a sus hinchas ayer en el nacional. Huachipato vino decidido a ponerle dificultades a nuestro equipo, prolongando lo que ha sido el planteamiento de los adversarios ocasionales en las 3 fechas anteriores de este Transición. Tanto Curicó como Temuco y – cómo no recordarlo – San Luis en Quillota, han salido a jugarle a la “U” de igual a igual, intentando explotar las debilidades del equipo que ya parecen ser demás conocidas por técnicos y jugadores rivales.

A la “U” ‘le duele’ cuando le juegan con velocidad por las bandas, cuando le pueblan con marca pegajosa el mediocampo, o cuando los defensas centrales están bien posicionados ya sea para bloquear el juego a ras de piso o para contrarrestar el juego aéreo, argumento este último mucho más utilizado por los azules a partir de la llegada de Mauricio Pinilla. Ya los DT oponentes parecen saber que a la “U” no le basta ni produce riesgo por lo tanto, que los balones vayan a la cabeza del ex Genoa de Italia, que suele ganar casi siempre por arriba pero que cuando pivotea no encuentra a nadie a quien habilitar en su entorno. Con un Gustavo Lorenzetti muy distante de su posición como para recibir dicho control aéreo y armar una pared a ras de piso con el actual ‘9’ azul o con otro de los hombres en punta, queda muy en evidencia la falta de un dialogante futbolístico natural que acompañe al eje de ataque. Y eso, ya parecen saberlo de sobra los equipos a los cuales enfrentamos.

Si a ello le adicionamos que este plantel, otra vez, quedó mal estructurado habiendo dejado partir a Franz Schultz y con ello perder al sustituto especialista para el puesto de Matías Rodríguez, se otorgan muchas ventajas y los técnicos rivales ni cortos ni perezosos no hacen más que poner a su jugador más hábil y rápido para ganar con completa facilidad la espalda de Rafael Caroca, el ‘sacrificado’ para cubrir esa plaza de la defensa. No es culpa del llegado de Iquique que se le mande a jugar en una función en la que claramente no maneja el puesto. No vino a la “U” para esto. Es responsabilidad del área técnica que sólo miró al mediocampo y a la ofensiva en este período de contrataciones. Porque si se hubiese concretado la partida de Gonzalo Jara la semana pasada, nos estaríamos viendo enfrentados a otra situación similar porque tampoco se trajo a uno que manejara ese puesto. Al contrario, se liberó a Nicolás Ramírez, a quien se le envió a préstamo a Temuco. Qué pasará cuando la “U” deba enfrentar a Audax Italiano en ambos partidos de su llave de Octavos por Copa Chile sin sus seleccionados, específicamente sin Jara? Habremos de ver una nueva improvisación tal vez, porque Alejandro Contreras se ha encargado de demostrar cada vez que ha sido requerido para dicha función, que no la domina ni brinda las seguridades mínimas. Y eso, sin considerar que la convocatoria a la selección esta vez pueda llegar a ser más amplia considerando la gran cantidad de titulares con tarjeta amarilla, que pudieran quedar al margen del partido en Bolivia tras recibir una segunda cartulina ante Paraguay.

Pero esta “U” tuvo una carta segura en la banca ayer que, al igual que en Curicó, entró a la cancha para resolver el puzle con su típica ‘fantasía’, como se llama de manera coloquial a su ‘habilidad’, a su ‘sentido futbolístico’, a su ‘visión de la cancha’, a su ‘juego siempre hacia adelante y buscando a sus compañeros mejor posicionados’ y, ahora además, a su ‘capacidad de definición’. Ocurre que cuando se ve que la “U” no camina o se complica, uno mira hacia la banca de alternativas buscando respuestas y suele respirar aliviado al recordar que ahí está David Pizarro. Es el llamado a solucionar los ‘entuertos’ en que la “U” cae ya sea por la presión o el juego de los rivales, o por los errores propios. Es categoría y trayectoria futbolística al servicio del equipo lo que el ‘8’ pone en la cancha. Eso no es ‘magia’. Tampoco es ‘fantasía’.

Es lo que se nota le hace más falta a un equipo con un plantel numeroso pero desbalanceado: sin sustitutos para Rodríguez, Jara o Lorenzetti y con extremos, tanto por la derecha como por la izquierda, que no demuestran ser la compañía más adecuada para Pinilla.

Lo que viene es, afortunadamente, un “superclásico”. El confronte ideal para medir hasta qué punto el ‘estratego’ azul sea capaz de motivar un tanto más allá de lo que lo hace habitualmente, a un grupo de jugadores que, como nunca, cree en lo que su jefe técnico les propone hacer en la cancha.

Del contenido y la manera en que les inculque sus ideas para este partido especial, depende mucho para el domingo en Macul. Sobre cómo enfrentar la presión de jugar en dicha cancha, cómo anular las potencialidades y explotar las debilidades del adversario, y cómo manejar el temperamento para que, si hay jugadores que no puedan terminar en la cancha durante el tiempo reglamentario por expulsiones, ellos no sean los de nuestro equipo.

La semana que comienza es tal vez la más bonita para hablar de fútbol y esperar con expectación el próximo partido de la “U”. Ojalá que la que se inicia en 7 días más, nos encuentre comentando todo lo bien que hicieron los azules en el monumental.

#VamosAzules

Por Jaime Aguirre Dueñas, @jaimeagUirred, para www.100x100azules.cl y @Cienx100Azules

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