La Casa de la Vecina.

Una y otra vez deberemos ver, leer o escuchar a los entrenadores decir que su equipo llega a un partido tal o cual – cualquiera sea el rival y la competición – ‘con la obligación de ganar’. No será con seguridad muy diferente por estos días, máxime ante la presencia de un juego denominado “Superclásico” como el que se disputará este domingo al mediodía en el estadio nacional. Sí, efectivamente una vez más al mediodía… Pero en el tema del horario no es intención profundizar, por cuanto respecto a ello se ha dicho ya bastante y en varias oportunidades anteriores. El tema hoy es otro.
El tema está relacionado con las expectativas, las necesidades, las motivaciones, las urgencias o las posibilidades con que llegan ambos rivales clásicos al partido por la 9ª fecha del torneo. Y acá es bueno detenerse, tomar aire, pensar un poquito más allá y darse cuenta de cuál es ‘la verdadera realidad’, haciendo válida una redundancia.

Para ello, nada mejor que descartar lo desechable en términos de conceptos de uso común. Como por ejemplo, que hay una considerable diferencia de puntos y ubicación en la tabla entre la “U” y su rival. Históricamente, los resultados no siempre son el reflejo de la diferente posición en que llegan a este partido, por mucho que en esta oportunidad ella sea muy marcada en relación a las pocas fechas que se han jugado aún de este torneo. De 24 puntos disputados, la “U” ha obtenido 21 y Colo Colo solo 13. También hay una importante diferencia en la efectividad de goles convertidos/recibidos. La “U” es el equipo que más ha celebrado en arco contrario (15) y el segundo que menos goles ha recibido en el propio (6), exhibiendo por lo tanto la mejor diferencia de goles del campeonato (+9). Su rival de este domingo tiene una diferencia de gol muy escasa (+1). Pero ninguno de estos parámetros podrá señalarse como indicadores de cualquier opinión o cálculo en la previa de este partido. Probablemente sirvan como antecedente de análisis, pero desde el domingo a las 14:30 hrs., con el resultado ya conocido. Antes, no se debe caer en tal tentación.

Lo otro descartable es evaluar a los rivales por lo que han sido sus performances en el terreno internacional. Específicamente en la Copa Libertadores. Entre otras cosas porque el nivel de los rivales enfrentados por uno y otro son esencialmente diferentes. Mientras a la “U” le ha tocado oponerse a 2 equipos muy fuertes (Vasco Da Gama y Racing), a Colo Colo sólo se le ha opuesto 1 rival de verdadero fuste (Atlético Nacional) y 2 de tono menor en Sudamérica (Bolívar y Delfín). Una comparación entre uno y otro por lo tanto resulta, más allá de injusta, inapropiada para este caso. No es aquella una vara útil para una medición a priori, por lo tanto.

Pero lo más descartable de todo es ‘nutrirse’ de aquello que tal vez muchos quisieran que uno se alimentara: de la falsa idea de que el rival pasa por un momento de crisis terrible, sumido en lo más profundo y que esta es la gran oportunidad, como nunca…! para golpearlo en el suelo.

Nada puede ser más erróneo o equívoco que caer en un jueguito como este. Si en tantas otras ocasiones fueron lesiones ‘graves’ de algunos de sus jugadores, ‘que estaban entre algodones’, con ‘dudas para llegar al clásico’, y que jugaron igual porque los mejoraron ‘milagrosamente’, (la consabida y muy manida “cojera de perro”) esta vez la actuación llegó mucho más allá: llegaron a inventar una ‘renuncia con elástico’ de su cuerpo técnico. Claro, había que hacer olvidar rápidamente el bochorno de la vergonzosa derrota con Delfín, y de paso distraer la atención previa al clásico centrándola en los supuestos atroces problemas internos que aquejan a los actores principales de esta comedia (Mosa, Guede, Paredes, Valdivia), y no en lo que, como equipo de fútbol, son actualmente.

De manera que si lee, ve o escucha a jugadores referentes o a los DT decir durante esta semana que ‘el equipo llega con la obligación de ganar’, no estará más que reiterando una obviedad: para eso trabajan y para eso les pagan y no poco en muchos casos.

Que en la “U” no se escuchen cantos de sirena (o de Delfín más propiamente) y que se siga trabajando ‘puertas adentro’, sin tomar en cuenta lo que se diga. Concentrados en lo que han venido haciendo, sin cambiar aquello que ha demostrado funcionar bien, con énfasis en mejorar lo superable, y sabiendo que las convicciones se afianzan cuando se mira hacia uno mismo y no lo que pasa o se dice en la casa de la vecina.

#VamosAzules

Por Jaime Aguirre Dueñas, @jaimeagUirred, para www.100x100azules.cl y @Cienx100Azules

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