El “factor ídolo” como sabia medida.

montiEnterarse de una noticia que a los hinchas no nos agrada, repercute muy directamente en el escrutinio que permanentemente estamos haciendo acerca de la gestión de quienes dirigen a la “U”.

Corrían los días de la inter-temporada entre los torneos de 2009 y 2010, y la “U” había tenido una campaña deplorable bajo el mando técnico de José Basualdo, quien a su vez había sucedido a un DT que había logrado un campeonato para nuestros colores, (Sergio Markarián) pero que había resuelto que continuar en la banca técnica del equipo no iba de acuerdo a su manera de enfocar la actividad fútbol (en abierta y explícita discrepancia con la dirigencia del club de aquella época). Para los hinchas y simpatizantes azules fue un duro golpe el contraste entre los éxitos de uno (Markarián) y la pésima expedición del otro (Basualdo). Había incomodidad, críticas, disgusto, publicaciones agresivas, rabia con lo ocurrido finalmente.

Y alguien iluminado en la regencia de Azul Azul tuvo una idea fantástica: repatriar para la “U” a Diego Rivarola. Oasis para los hinchas. Satisfacción en las huestes azules. Paz conseguida a punta de un esfuerzo no tan difícil de conseguir. El jugador solamente quería, y así lo había declarado en más de una oportunidad, regresar a la “U” y, si era posible y tal como finalmente ocurrió, terminar su carrera profesional en este club. Desde todo punto de vista, fue una sabia medida. Diego fue clave en clásicos, le dio triunfos importantes a la “U” de Gerardo Pelusso y cuando Jorge Sampaoli al año siguiente pretendió marginarlo, tuvo la paciencia para esperar su momento y volver a demostrar su jerarquía y amor por la camiseta.

Hoy la situación de la “U” tiene mucho de parecido a la de la época post Basualdo. Sin logros, terminando los torneos intentando escapar del final de la tabla más que disputando el título (con la sola excepción del primer torneo de Martín Lasarte al mando el segundo semestre del 2014, y la Copa Chile del 2015 con el mismo DT), con un plantel, DTs y sistemas de juego ampliamente criticados desde muchos frentes. Además de lo interno, con verdaderos francotiradores externos que se solazan viendo a la “U” no conseguir nada y que si les falta materia para enfatizar lo malo, no trepidan en montar conflictos artificiales con tal de obtener sus propósitos.

Y hoy la dirigencia también tiene en sus manos la carta clave para enfriar y apagar parte de este incendio y pareciera no advertirlo. Walter Montillo, un muy querido ex azul, con dos hijos chilenos que además son hinchas del club, está libre contractualmente y dispuesto a cumplir su promesa de volver a la “U” al terminar su vínculo con el fútbol de China.

Es verdad, es extranjero y la cuota está copada. Pero la pregunta es, ¿existe en el actual plantel un (uno solo) extranjero que futbolísticamente sea de mayor categoría que Montillo? ¿Hay alguno de los actuales foráneos que sea insustituible para cualquier DT que dirija a la “U” a partir de Enero próximo? En opinión de este columnista, Rodríguez, Monzón, Lorenzetti, Zacaría o Fernández pueden, cualquiera de ellos, dejar su espacio para un jugador de la jerarquía de Walter Montillo. Y, si se produce el cupo, Benegas no es mejor que ninguno de los antes citados.

El directorio actual de Azul Azul tiene por lo tanto en sus manos la gran posibilidad de dar un golpe efectivo en la pobrísima evaluación que la gestión de ellos tiene para una enorme masa de gente y a la pasada dar un paso hacia adelante en lo que dice relación con la calidad técnica y el amor por la camiseta incorporando a Montillo al club donde él quiere estar y donde la inmensa mayoría de los hinchas lo esperan con los brazos abiertos.

¿A alguien le cabe duda porqué? Tan simplemente porque esta “U” no tiene un jugador de esas características, desde el mismo día en que Montillo salió de Chile para irse a Brasil. No traerlo, es equivalente a farrearse un gol con el arco descubierto, en el último minuto de una final que está empatada a cero. Y eso, la gente suele no perdonarlo. Si en cambio el tanto es convertido, la adhesión será masiva e incondicional para el (los) autor(es) de la conquista.

 

Por Jaime Aguirre Dueñas/ @jaimeagUirred.

Director de @Cienx100Azules

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