¡VAMOS LEONAS, SALGAN CAMPEONAS!

Tal cómo lo pidieron las leonas, la cancha Leonel Sánchez del centro deportivo azul siguió siendo el escenario de su localía y se convirtió -cómo nunca se había visto- en un pequeño gran estadio durante 90 minutos.

Un señor vendiendo camisetas, gorros y banderas de la “U”, fue lo primero que se veía en las afueras del CDA. Filas de hinchas a un costado y carabineros al otro, nos hacían recordar que no solo era la semifinal de vuelta la que estaba pronta a jugarse, sino que un clásico contra colo colo.

Instalados en la graderías, unas chicas comenzaron a repartir banderas azules y rojas, de fondo se escuchaba el bombo, en los costados se seguía instalando la hinchada vestidos y vestidas de azul. Los cánticos comenzaron, se sabía que ya saldrían las jugadoras a la cancha. Seguía ingresando gente al CDA, mientras otros y otras movían impacientes sus pies porque la fila del kiosko -recién estrenado- no avanzaba.

“Ser un romántico viajero y el sendero continuar” se escuchaba en la voz de decenas de personas tras la invitación de la voz en off a cantar el himno de la “U”. La misma voz daba la formación, en medio de aplausos.

“Se vienen las jugadoras” se escuchó y la gente comenzó la fiesta. Cánticos, aplausos, gritos, banderas, papel picado, globos y el bombo de fondo, recibieron a las leonas en la cancha que habían jugado – muchas veces acompañadas solo por prensa- todo el campeonato.

Recuperar rápido y salir por las bandas, seguramente fueron algunas de las indicaciones que Carlos Véliz les entregó a sus jugadoras. Aunque las azules comenzaron el partido con un 2-0 a favor conseguido en la semifinal de ida en el monumental, no renunciaron a las características de su juego, dominar el balón, un impecable juego colectivo, buscar el arco y ser protagonistas en todo momento.

El CDA estalló con el doblete de Rebeca Fernández que buscó en todo momento el arco y que era el gran pase a una nueva final contra Santiago Morning. El “Vamos vamos leonas, salgan campeonas” hacía estremecer el CDA.

Siempre se dice que goles son amores, pero las atajadas de Natalia Campos, fueron flechazos de cupido en los corazones bullangueros. Sin duda Universidad de Chile, tiene una gran arquera.

Con inquietud se veía cómo la portera de Colo Colo le reclamaba a la arbitra del encuentro, no era muy entendible hasta cuándo todos se percataron que “la jefa” Carla Guerrero estaba alentando y dando instrucciones a sus compañeras tras de su arco, tal cómo lo hizo en el primer tiempo, Guerrero terminó alentando a las leonas en la gradería junto a la barra quiénes en todo momento le mostraron gran cariño.

Llegó el pitázo final, las azules pasaron a la final con un 4-1 cómo marcador global de ambos encuentros. Nuevamente un triunfo sobre el archirival y ahora de local.

La alegría de quiénes jugaron; Campos, López, Sánchez, Pinilla, Oviedo, Olivarez, Soto, Gutiérrez, Keefe, González, Fernández, Groff y Orellana, se mezclaba con la de Ramírez y Guerrero (que no pudieron estar), la de los hinchas y por supuesto la del gran cuerpo técnico liderado por Carlos Véliz.

Mojar la camiseta en la cancha y celebrar con el corazón el paso a la final, solo llena de orgullo al pueblo azul, quién no dejará de agradecer a cada una de las jugadoras que entregan la vida en cada disputa del balón, porque sabemos que junto a ellas llegaremos más allá del horizonte.

Romina Muni

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