Un triunfo alentador y, por fin, ante un rival directo para acercarse a la punta.

La “U” logró traer desde la capital del norte minero tal vez los 3 puntos más importantes conseguidos durante este presente Torneo de Transición, por varias razones.

La primera de ellas, es que se obtienen de manera clara y jugando en calidad de visita. Cosa a la que ya casi estábamos desacostumbrados. La segunda, es que permite poner de manifiesto que la presencia de jugadores jóvenes provenientes de nuestras propias series formativas, o captados para ellas a corta edad, cuando se les otorgan posibilidades reales, más allá de las exigencias del reglamento o de lesiones o suspensiones de ciertos ‘titulares’, luego se les ratifica y además se les permite completar los 90 minutos en cancha, dan una muestra clara de que ese debiera ser el camino. Al margen, nada explica bajo ese mismo criterio que el llamado a reemplazar a Sebastián Ubilla no haya sido Yerko Leiva o Iván Rozas, otros juveniles que reclaman un espacio para crecer junto al equipo con el que entrenan toda la semana. (no practican con el plantel juvenil hace rato).

Así como se ven las cosas, al regreso de Mauricio Pinilla, quien con jerarquía, goles y su capacidad de juego aéreo tiene camiseta asegurada, la ofensiva de 3 hombres con que gusta armar el equipo inicial al DT Hoyos debiera considerar en base a sus últimos rendimientos, a Ubilla, Pinilla y Guerra. Isaac Díaz y Francisco Arancibia parecen un par de pasos por detrás en cuanto a méritos por el momento. En caso de optar por 2 arriba, la respuesta es simple y directa: Mauricio Pinilla – Nicolás Guerra.

Ahora bien, en las funciones de creación da la impresión que la “U” encontró casi sin proponérselo un jugador émbolo, con disparo, velocidad, y quite en los pies y, sobre todo, en la cabeza por la manera moderna y simple de ver y hacer el fútbol como es lo que hace Jonathan Zacaría. De esos que ‘trancan con la cabeza’ como decía Eduardo Bonvallet (QEPD). El sábado sin ir más lejos en Antofagasta lo hizo para recuperar un balón en campo propio. Lo más importante de Zacaría es que se ve recuperado de su lesión y que cuando tiene el balón en sus pies ya ha pensado en una jugada ofensiva, hacia campo rival, jugándose una personal o atisbando al mejor ubicado para habilitar. Agreguémosle precisión a esas asistencias y comprobaremos que la inesperada lesión de Gustavo Lorenzetti abrió un cupo en el momento preciso a uno que lo esperaba con verdaderas ansias y respondió. Sirvió para darse cuenta de manera fehaciente de una carencia que el equipo tenía con el rosarino en la cancha y que en el plantel había uno dispuesto a tomar el relevo y hacerlo mucho mejor. Y no se trata de pegarle al caído. Los comentarios desde esta columna hacia las características del juego del ‘22’ azul, siempre han tenido este mismo tenor: el de un análisis futbolístico. Mal se puede hablar de otros aspectos de una persona a la cual sólo se la conoce por lo que muestra como jugador de fútbol vistiendo la camiseta de la “U”. No es parte de la línea editorial de este medio y mucho menos la personal de quien escribe referirse a otro tipo de cosas ni cuando se aplaude ni, mucho menos, cuando se critica. Ni atacar por atacar ni defender por defender.

De manera que, sin caer en el tropicalismo de pensar en que está todo resuelto y que ya con esto ya se ganó todo o se borró todo lo malo reciente, es factible deducir que hay una cierta corrección de rumbos, que es de esperar sea por convicción más allá de por simple urgencia, pero que a juicio de quien firma aún permite bastante más. Que compartan cancha y minutos simultáneamente Guerra y Leiva por ejemplo. Que un primer sustituto sea Iván Rozas si no está disponible David Pizarro. Que se le de una opción a Benjamín Mirellis o a Alonso Rodríguez para el sector defensivo, zona donde tanto ha costado encontrar soluciones a errores, lesiones, suspensiones o llamados a la selección de los titulares. Claro, nadie dice que los cambios vengan todos juntos y de una vez. Pero las oportunidades hay que empezar a entregárselas a chicos que esperan su oportunidad para demostrar porqué comparten a diario camarín y cancha con los consagrados.

Lo que opuso Antofagasta en casa en el norte no fue exageradamente difícil de resolver. Un equipo con muchos errores en la entrega y que como local le dejó espacios importantes a la “U” en momentos clave del partido. La diferencia esta vez fue que la “U” si supo y logró aprovecharlos en su beneficio. Jugando esos balones con espacio con velocidad, profundidad, hacia adelante, y con jugadores que se atreven a hacerlo, tan simplemente porque así gustan del juego.

Equipo que gana repite DT…! Ojalá estén todos en condiciones para ir afianzando este esquema y, sobre todo, renovando y ratificando confianzas.

#VamosAzules

Por Jaime Aguirre Dueñas, @jaimeagUirred, para www.100x100azules.cl y @Cienx100Azules

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