Se va a destapar.

Cuarto partido con Alfredo Arias en la banca de la “U” y el estado de involución que ha mostrado el equipo en su breve paso, más allá de su irregular llegada al cargo de DT en reemplazo de F. Darío Kudelka, es preocupantemente creciente.

No soy de los que piensan que el equipo mostró una “notoria mejoría” en los 3 duelos anteriores, con Universidad de Concepción, Antofagasta y Unión La Calera. Tampoco soy de los que suelen justificar los malos rendimientos iniciales con el argumento de que “él no eligió a los jugadores”, a pesar de que creo firmemente que la principal responsabilidad está justamente en quienes hicieron tan malas elecciones. Pero el es un hombre con largo recorrido, un DT sobre el cual no se puede negar su experiencia, y es quien, tal como él mismo declaró a su llegada, “está aquí porque lo que había antes no funcionaba…”, para agregar “si la “U” hubiera jugado mejor, yo no estaría dirigiéndola”. Muy prematuramente el Sr. Arias se precipitó a criticar a su colega anterior y mucho más temprano que tarde el correr de los partidos se encargaron de demostrar que justamente a partir de sus años de experiencia debió ser más humilde y esperar a triunfar para emitir esos conceptos.

 

Debo dejar en claro que estas ideas, la de la mala estructuración del plantel, la de la prematura, forzada y confusa (sucia) salida de Kudelka, lo de la llegada consecuentemente poco limpia de Arias, lo de la toma de decisiones deportivas en manos de quienes se han encargado de demostrar taxativamente que no saben ni están capacitados para esto, las he emitido en varias oportunidades en los espacios de “Hablando de la “U”…” y las he reiterado en mis intervenciones en transmisiones desde las canchas. No hago con estas palabras “leña del árbol caído” por lo tanto y no son estas observaciones oportunistas o “con el diario del lunes”. Solo creo que es este el momento de reiterarlas.

Porque la paciencia se va poniendo a prueba, se desgasta y se agota. Uno no puede permanecer impávido y mucho menos silente ante un descalabro tan evidente y seguir aceptando frases sin ningún respaldo más allá de un gusto personal como que “ya se va a destapar”, argumento completamente no futbolístico para justificar la presencia en el plantel y en el equipo titular de jugadores tan deficientes como Gabriel Torres y, sobre todo, de Matías Campos López. Esgrimir esa justificación, insisto nada de futbolística, solo contribuye a convencernos que quienes la emiten, o no tienen mucha idea de esto o están disponibles para “prestar ropa” a los ‘mamarrachos de gestiones’ de conformación del plantel cometidos en este último período.

Porque, es cierto, ya se iban a destapar y se destaparon.

Se destaparon las dudas acerca de qué podía haber tras tan malas decisiones. Se destapó que dejar esto en manos de un Vicepresidente Ejecutivo (Mario Conca) y de un gerente Deportivo (Sabino Aguad) investidos de poderes absolutos fue la peor decisión que pudo tomar el ex presidente Carlos Heller (queda la duda si lo hizo con el apoyo de la totalidad del directorio o fue “a dedo”). Se destapó al mismo tiempo un mar de dudas acerca de si en tales decisiones habrá primado un interés particular de ambos o uno de ellos como parte de las negociaciones. Difícil de demostrar pero, sin necesidad de ser demasiado suspicaz, no de imaginar.

Mientras tanto, los millones de hinchas de la “U” seguimos esperando que “se destapen”, aunque hayamos quienes bien sepamos que aquello no va a ocurrir.

Otros tantos, dispuestos a escuchar aquel discurso conformista de que “el equipo jugó mucho mejor” y que “merecimos ganar” y alimentar de esa manera su ilusión para seguir siendo un público fiel. Que lo somos, pero no con tan mala administración. Lo hacemos porque sentimos pasión por la historia, la camiseta, los colores y el escudo. No porque la fidelidad sea con quienes toman tan malas decisiones tanto fuera como dentro de la cancha.

La próxima vez que escuche o lea que tal o cual jugador “se va a destapar”, tómese un segundo para sospechar que alguien puede querer estarse burlando de usted. No lo permita. No los lea ni los escuche. No confíe.

Por Jaime Aguirre Dueñas, @jaimeagUirred, para www.100x100azules.cl y @Cienx100Azules

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