“Contrastes Azules”…: Una dispar historia.

Cuando las cosas ocurren de manera regular, logran transformarse en un hábito más allá de una valoración exacta que conlleve una calificación precisa acerca de ellas. Uno se adapta, se acostumbra y sucede que se tiende a calificar los hechos como algo “normal”. Con todos los riesgos que muchas veces ello conlleva.

Algo parecido a esto es lo que lleva un buen tiempo pasando, cada semana, y tras cada partido, con los primeros equipos femenino y masculino de la “U”. Mientras tanto las jugadoras como el Cuerpo técnico del equipo femenino nos han demostrado ser capaces de hacer las cosas bien – y muy bien – el plantel técnico y de jugadores del equipo masculino nos ha habituado a un fracaso tras otro.

Carlos Véliz, el DT de “las chunchas”, ha sido capaz de demostrarnos que se puede conformar un equipo competitivo, con objetivos y propósitos claros, incorporando figuras provenientes de otros equipos para potenciar a su equipo, simultáneamente con jugadoras de las propias series menores de la “U” para que vayan alternando progresivamente. La apuesta ha sido ir estructurando un plantel de profesionales calificadas, tratadas de esa manera desde el punto de vista contractual, con la promoción de “canteranas”. Y sus resultados están a la vista: clasificadas por primera vez a un torneo internacional (Copa Libertadores 2020) donde obtuvieron un muy meritorio cuarto lugar, y con un cupo ya asegurado para la versión de este año 2021 del mismo campeonato sub-continental. El presente, tiene al equipo de “las leonas” como también son llamadas, encabezando la tabla del grupo B en calidad de invictas con 52 goles a favor y solo 2 en valla propia, recién recibidos en su último confronte con el equipo sub-líder del grupo.

Qué significa todo lo anterior?, que nos da gusto ver en la cancha a un equipo que viste nuestros colores, que disputa cada balón con pasión, que se nota que sienten orgullo por vestir nuestra camiseta, que no da pelota por perdida, que no parece cansarse en los partidos por muy disputados que ellos les resulten porque el objetivo de ser mejores está muy presente cada vez que les toca defender la azul de la “U”.

Lo del equipo masculino por su parte, es diametralmente opuesto tanto en gestión como en expresión de juego y resultados… con un entrenador que finalmente nadie logró entender por qué llegó a la “U”, o quién se hizo responsable de traerlo, o por qué se demoró tanto en salir de la institución… paralela y ahora posteriormente, sin una conducción clara desde la gestión directiva, sin cargos desempeñados por titulares en los mismos sino por interinos (gerencia deportiva, cuerpo técnico) y con un plantel que tarde tras tarde, partido tras partido, se encarga de demostrarnos un franco desbalance entre la presencia de reales figuras o referentes (cada vez cuesta más calificar a alguien en esa categoría) y jugadores que no dan muestras de estar capacitados para defender nuestra camiseta. Ante eso, se debe recurrir a la inclusión ‘de emergencia’ de chicos venidos del fútbol formativo, cuyo desempeño resulta injusto calificar si se toma en cuenta que se les está incorporando para resolver problemas para los que los profesionales no parecen capaces. Y agreguemos otro ingrediente a “la juguera”: la probabilidad cierta de que, ni siquiera a mitad del campeonato que es cuando se pueden hacer incorporaciones, se concrete la posibilidad de que haya uno o más jugadores que abandonen el equipo por una u otra razón.

Por todo lo anterior, es que en lo personal me he adelantado a considerar al equipo femenino como el verdadero “primer equipo” azul.

La esperanza de que esto cambie, permanece vigente porque así somos los hinchas azules. Tal vez lo único que no han conseguido aún destruir los regentes.

Por Jaime Aguirre Dueñas,

@jaimeagUirred,

para 100x100azules.

Leave a Reply