Azules, pese a todo y a todos…

Cada vez resulta más cierta la aseveración que encabeza esta columna que más bien que constituir un espacio ‘de opinión’, lo es ‘de reflexión’ dados los días oscuros, inciertos y, sobre todo, tristes por los que estamos pasando como hinchas.

Oscuros, por los pésimos resultados de gran parte de la segunda rueda. Lo de Inciertos, básicamente porque es muy poco (casi nada) lo que se sabe de planes, decisiones o medidas concretas para aclarar el panorama. Tristes porque si bien la “U” nunca fue un equipo de aquellos que a uno lo acostumbran a ser siempre ganadores o de primera línea, lo de ahora es francamente doloroso para quienes seguimos al equipo, lo apoyamos y sufrimos con el mientras estuvo en Segunda División, donde por cierto lo que menos faltó fue el permanente aliento de sus verdaderos hinchas.

En cualquier análisis, no puede quedar en el olvido sin embargo que no ha sido la ‘mala suerte’, tampoco la ‘pelota que no quiso entrar’ o los ‘errores arbitrales’ los principales causantes de este penoso estado de las cosas. Esos factores intervienen obviamente, pero son parte de esta actividad y a todos los equipos les pasa. Hay otras razones, a juicio de quien escribe más poderosas y definitorias para cualquier análisis que pretenda encontrar las raíces de los problemas por los que pasa actualmente nuestro club.

Quizás, buscando un ejemplo cercano, se pudiera homologar lo que ha pasado en la “U”, gobernada por una sociedad que tiene por nombre de fantasía Azul Azul de cuyo directorio participa una mayoría de miembros designados “a dedo” por otro comisionado para hacerlo por los incógnitos aparentes dueños o controladores, con lo que le está sucediendo a Santiago Wanderers de Valparaíso, hoy ya descendido a Primera B… sus dirigentes (dueño actual) dejó fuera del equipo para sus últimos partidos a buena parte de sus jugadores más experimentados y tomaron la decisión de completar las 4 fechas finales con un equipo plagado de inexperimentados juveniles, que por cierto no tienen responsabilidad alguna en las pobres recientes presentaciones del equipo. Eso es abandonar antes de tiempo, no enfrentar responsablemente una obligación.

¿En qué se parece esto a lo de la “U”?

Claramente los dirigentes, partiendo por Cristian Aubert, más sus gerentes (Ignacio Asenjo y Hernán Saavedra entre otros) más los nuevos directores recientemente incorporados a Azul Azul, abandonaron como parte de sus obligaciones aquello que tuviera que ver con la correcta y profesional administración de UN CLUB DE FUTBOL, por encima de las, para ellos, legítimas aspiraciones comerciales de esto en que privilegian ‘el negocio del fútbol´…

No se preocuparon de estructurar un plantel correctamente equilibrado, sacando primero del mismo al único jugador ‘líder en la cancha’ que tuvo la “U” en el período anterior, Walter Montillo. Algo muy cercano a un ‘capricho juvenil’ del presidente de ese momento, que no tuvo la capacidad para negociar y asegurar la continuidad de quien había sido fundamental, a ojos del propio directivo citado, en el rendimiento que le permitió al equipo llegar en tercer lugar del torneo anterior. ¿O no lo vio?

Luego, tampoco tuvo la sapiencia para incorporar contrataciones que fueran efectivamente un refuerzo o un aporte a lo que había. Para qué hablar de la ventana de contrataciones de mitad de temporada, en la que no se utilizaron los 3 cupos habilitados, trayendo solo un jugador (Junior Fernandes) con 6 meses sin fútbol más un venezolano desconocido y lesionado, que difícilmente podamos ver algún día debutar con la “U” en primera división.

Tampoco fue lo suficientemente ejecutivo para asegurar un entrenador de reemplazo para solucionar la pésima decisión que constituyó haber contratado a Rafael Dudamel. Se conformó con un interino que mientras no estuvo confirmado careció de autoridad para modificar el rumbo, y cuando se le confirmó ya era demasiado tarde…, no ganó un partido más…

A todo lo anterior llamo yo abandonar a su suerte a un grupo de jugadores, a quienes vimos permanentemente sin rumbo en la cancha.

Razones para esta verdadera decepción en que se ha constituido el manejo de la “U”, probablemente haya muchas más. Pero entre ellas, no estará nunca el apoyo de nosotros, sus hinchas, que no la hemos abandonado.

¿Y saben por qué? Porque los que abandonan no son hinchas. Solo son interesados en un negocio. Y he ahí una pequeña explicación para lo que pasa.

Queda una última pregunta: ¿Sinceramente creerán que lo que han hecho con la “U” hasta acá es ‘un buen negocio’?

Por Jaime Aguirre Dueñas (@jaimeagUirred)

para 100x100azules.cl y @Cienx100Azules

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